La formación dirigida a personal de seguridad en la actuación ante actos vandálicos y grafiteros resulta de especial relevancia por varias razones:
Incremento de incidentes: En muchos entornos urbanos y privados, el vandalismo y los grafitis constituyen problemas recurrentes que generan un impacto negativo tanto en la seguridad como en la percepción ciudadana. Dotar al personal de seguridad de herramientas específicas les permite actuar con mayor eficacia ante situaciones cada vez más frecuentes.
Protección del patrimonio: Los daños ocasionados por este tipo de conductas suponen costes económicos elevados para empresas, administraciones y particulares. Una intervención adecuada contribuye a preservar instalaciones, mobiliario urbano y patrimonio cultural,